Del patio de Los Copla y la sutileza de Raly Barrionuevo a la fiesta jujeña de Bruno Arias
Así podría resumirse la segunda luna de este Cosquín 2025 Lunas de Platino.
La noche comenzó con una plaza con más de 80% de ocupación ansiosa por vivir el gran festejo por los 40 años del Dúo Coplanacu, cuyo arranque ya presagió un verdadero rescate emotivo.
Julio Paz y Roberto Cantos salieron a escena bien juntitos para arrancar con una intro ralentizada de La añoradora, que luego se convirtió en una encendida chacarera.
Acto seguido llegó Agitando pañuelos, la clásica zamba que generó el primer gran coro colectivo de la noche, ritual que se repetiría a lo largo de toda la presentación.
En las pantallas que integraban la gran puesta en escena se podía ver el legendario logo de la lechuza, que diseñara el artista plástico Rafael Touriño Cantos para los comienzos de la Peña de los Copla allá a mediados de los años 90.
En esta oportunidad, Daniel Marín, discípulo artístico de Touriño, fue el responsable de la magnífica realización visual que incluyó dibujos y animaciones, redondeando una propuesta nunca antes vista durante el festival.
La gran sorpresa ocurrió cuando Los Copla armaron un gran patio santiagueño junto a Orellana Lucca, Néstor Garnica, Horacio Banegas, Raly Barrionuevo y Peteco Carabajal.
La plaza no salía de su asombro y se convirtió en una verdadera pista de baile al ritmo de clásicos como Escondido de la alabanza, Mientras bailas, Santiago Chango Moreno y la alusiva Chacarera del Patio.
Para el segmento final quedaron gemas como Las dos lunas, Camino a telares y Peregrinos, coreada y celebrada por toda la plaza. Merecido reconocimiento y ovación.
Luego de la colorida presentación de la Delegación de Tucumán, llegó el turno del espectáculo “Herederas”, un gran ensamble de tres generaciones de cantoras: Silvia Lallana, Roxana Carabajal, Eli Fernández y Cecilia Mezzadra interpretaron una fina selección de icónicas zambas y chacareras como La Pocoy Pacha, Mi abuela bailó la zamba y el enganchado Digo la Telesita – La sembradora – Mensaje de chacarera.
Muy destacado fue lo del rionegrino Emanuel Ayala, ganador del Pre Cosquín como Solista Vocal por la Sede Luján. La plaza le reconoció su entrega y talento, con un escucha atenta y aplausos.
Paola Bernal repasó temas de Agua de Flores, disco ganador de un premio Gardel que le valió un merecido reconocimiento. La cantora coscoína demostró que el formato trío junto a Joel Costas y Pampi Torre le sienta muy bien.
Raly, zambas y emoción
Lo de Raly Barrionuevo fue nuevamente superlativo, hechizando a toda la plaza con una fina selección de zambas como De usted, la coreada Zamba y acuarela y Luna cautiva; esta última con el cantor de Frías radicado en Unquillo primero sentado y luego acostado sobre el escenario. Una postal inolvidable.
Más adelante invitó a la santiagueña Pato Herrera para una versión de Mujer caminante y cerró con Chacarera del exilio y De mi madre, a pura emoción.
Raly volvería más tarde como invitado de Demi Carabajal, quien debutó con su proyecto solista en el festival, un hecho calificado como un “acto de justicia” por el propio Barrionuevo.
Con chacareras propias y un sonido bien eléctrico, bailarines “estilo libre” y una ajustada banda como gran respaldo, el santiagueño cumplió con creces. Hasta se dio el lujo de invitar a su hermano Peteco para Cielo o infierno y Tata Nachi.
También pasaron la Delegación de San Juan y la ovacionada Laura Weisz, cantora pampeana destacada de Espectáculos Callejeros en 2024, antes del cierre de Bruno Arias.
El cantante jujeño celebró sus 20 años en el festival con un gran despliegue escénico que incluyó una agrupación de vientistas de Purmamarca, varios cuadros con bailarines y hasta unos llamativos cactus-humanos.
Arias pasó por los climas de su repertorio y pidió un sapucay “contra el ajuste” antes de la pogueada Singani congani: una gran porción de la plaza le hizo el aguante hasta bien pasadas las cuatro de la mañana.
“Hace 20 años me invitó a subir Ángela Irene a este escenario porque vio algo en mí y se lo agradezco mucho”, dijo cerca del final. La plaza le respondió con el clásico “Olé, olé, olé, Bruno, Bruno”.
El cierre llegó con la celebrada Sol de los Andes, luego de lo cual Bruno se tomó un momento para agradecer a cada uno de sus músicos y todo el equipo que lo acompaña. Un gran gesto que refleja el espíritu de Cosquín.-
FUENTE: https://aquicosquin.com.ar/